La Ley General de Desarrollo Social creó en 2004 el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), para medir la pobreza en México en base a la Encuesta Nacional de Ingreso-gasto del Inegi y evaluar los programas sociales; desde su creación fue dirigido por Gonzalo Hernández Licona, recientemente renunciado porque aludió al efecto dañino que la obsesiva austeridad ha ocasionado al buen funcionamiento de ese organismo. Ahora preocupa que el presidente, otra ocurrencia fuera de base, insinúe la desaparición del Coneval y que el Inegi haga las evaluaciones. Esta es una muestra más del desmantelamiento irracional de las instituciones autónomas creadas para fortalecer al Estado Mexicano en un sistema de división de poderes y contrapesos del poder.