“Afortunadamente la economía creció”, dijo hoy el presidente López Obrador después de conocer el reporte del Inegi que informa de un crecimiento del 0.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) que desvanece una muy heterodoxa calificación de recesión económica. No es mala la noticia, pues, aunque no es para echar las campanas al vuelo es un número positivo, que el presidente aprovecha para alimentar su discurso acerca de supuestas intenciones de “generar desconfianza en el país”, como si ese pírrico “crecimiento” significara un genuino repunte de nuestra economía. La situación de nuestra economía no es halagüeña, no hay inversión a causa de la desconfianza, el reciente programa crediticio anunciado por el presidente no resulta suficiente pues ofrece créditos para invertir, pero pocos se animan. Si no se echan a andar otros motores de la economía mexicana seguiremos estancados.