La sospechosa muerte de un taxista en la cárcel de Huatusco, supuestamente a manos de policías, ha ocasionado un clima de protesta generalizada contra las autoridades locales exigiendo justicia. El Congreso local ha tomado nota, y si la declaración del presidente de la Junta de Coordinación Política se toma literalmente, el ayuntamiento de ese municipio debe poner sus barbas a remojar, pues en Mixtla de Altamirano se desaparecieron lo poderes municipales bajo el argumento de la violencia e ingobernabilidad, mismos que ahora esgrime Gómez Cazarín aludiendo a Huatusco. Y como por docena es más barato también incluyen al alcalde de Actopan.