“El campo no es un problema, es la solución”, dice una frase iterativamente utilizada por los políticos para referirse a la bondadosa aportación del tema agropecuario a hacia la población pues de allí procede gran parte de los insumos para la subsistencia humana. Lamentablemente, queda en frase hueca y ha sido solo una mueca demagógica de quienes asumen responsabilidades públicas. En ese tenor, vale preguntar qué ha hecho el gobierno en apoyo a los ganaderos cuyo hato ha sido disminuido por la prolongada sequía que azota al norte de nuestra entidad donde, según el alcalde de Tempoal, han perdido mil 500 cabezas de ganado. Esta lamentable realidad contrasta con los informes de gobierno en los que se habla de un campo boyante y floreciente.