Por experiencia de vida el género humano debe aceptar la filosófica reflexión sobre que “la vida es una tómbola”, porque es comprobable por los siglos de los siglos. Por ejemplo, el caso de Jesús Mancha a quien, a una fructífera etapa de solvencia política parece sobrevenir otra de ensombrecido talante: de haber conseguido para sí una diputación, convenios a sus medios electrónicos, contratos a sus empresas, diputación para su esposa, alcaldía para su primo en Tuxpan, ahora se anuló la elección que lo había ratificado en la dirigencia del PAN; desde México se mandó nuevo equipo directivo ajeno a Mancha, se están revisando movimientos bancarios del ayuntamiento tuxpeño, más lo inherente a una condición de ocaso político, así es en la tómbola: se está arriba y se está abajo.