El Secretario de Salud parece no tener respeto a sus dichos y se muestra fiel seguidor del aquimichú o padece el síndrome de la chimoltrufia, porque como dice una cosa dice la otra. Dos días después de haber declarado que por problemas de presupuesto se había interrumpido eventualmente el tratamiento de hemodiálisis ahora señala lo contrario, aunque ya lo había desmentido su subordinado, el responsable del área administrativa, quien aseguró que todo estaba bien. Y cuando un subordinado corrige públicamente a su jefe es obvio que las cosas no van bien, como efectivamente no van bien en el sector salud veracruzano. Este caso exhibe una de las causas por las cuales el gobernador Cuitláhuac García parece no haber arrancado su gestión, y eso no es buena señal cuando van nueve meses después de iniciado su periodo de gobierno de cuya gestión se esperaba un poquito y algo más.