El Partido Revolucionario Institucional, una de las más emblemáticas organizaciones políticas de este país, en cuya historia en el siglo XX influyó determinantemente, elige este día a su nuevo presidente que está entre Ivonne Ortega y Alejandro Moreno, exgobernadores ambos, de Yucatán y Campeche, respectivamente. A diferencia de cuando el PRI protagonizaba la política nacional y buena parte del cotarro político estaba al pendiente de lo que aconteciera en este partido, ahora se percibe indiferencia, poco interés o ignorancia del suceso. Pero el PRI se está jugando su porvenir, porque de quien gane esta elección dependerá si asume una actitud digna de todo opositor o se sube al carro gobiernista aliándose con Morena, es decir morir de cara al sol o desintegrarse indignamente. Ivonne o Alejandro, ¿quién será el Caballo de Troya?