Salvo que la comunicación haya sido telefónica, es realmente inexplicable la actitud omisa del gobernador Cuitláhuac García, pues a casi 24 horas después de ser difundido el fallecimiento del Cardenal Sergio Obeso Rivera no se sabe que haya expresado las condolencias de su gobierno a la Iglesia católica veracruzana, como ya lo hizo el Papa Francisco. O desde la Iglesia no han dado curso a este trámite, lo contrario despierta interrogantes. Ausencia de sensibilidad política es lo menos que se demostraría si no se hace, porque lo cortés no quita lo valiente en una relación de convivencia pacífica.