Que un ex funcionario de alto nivel sea enjuiciado y entre a la cárcel no es nuevo en México, antaño, cuando un ex funcionario era indeseable se le “invitaba” a abandonar el país, o se le mandaba fuera del país con carácter de embajador. Pero fue con el presidente López Portillo cuando pisaron cárcel Félix Barra, Eugenio Méndez Docurro, Fausto Cantú Peña y Alfredo Ríos Camarena, ex secretarios de la Reforma Agraria, de Comunicaciones, Director del IMECAFE, y del Fideicomiso de Bahía de Banderas, respectivamente, con Echeverría; el sucesor de JLP, Miguel de la Madrid, encarceló a Jorge Díaz Serrano, ex director de Pemex con López Portillo; Salinas de Gortari encerró a Eduardo Pesqueira, secretario de Agricultura en el gobierno de Miguel de la Madrid, por enriquecimiento ilícito. Rosario Robles es la primera en este siglo, pero seguramente vendrán más porque si antes significaba un deslinde entre grupos políticos del mismo partido, el PRI, ahora se trata de definir los límites entre un antes y un después.