No se esperaba resolución diferente de la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), dependiente de la Semarnat, sobre la autorización a Pemex de la construcción de la refinería Dos Bocas, en Tabasco. Basta con leer sus recomendaciones para anticipar que no serán cumplidas: “… existen humedales, por lo que se prohibió interrumpir o desviar cualquier cauce o flujo de escurrimientos (temporales o permanentes), drenes, arroyos, canales, o cualquier otro tipo de cuerpos de agua. Prevé que deberá mantenerse a salvo la integridad del flujo hidrológico de la zona remanente del manglar en las orillas del río Seco, por lo que no podrá realizar ningún relleno, dejar bordos, ni construcción de infraestructura que pueda alterar o perturbar el libre flujo de agua o cause la desecación de algún humedal…”. Quien sea que conozca los alrededores de una refinería podrá deducir el daño ecológico que ocasionará esta nueva refinería. Todo sea “por el progreso”.