Para un líder político cuyo mensaje estriba en combatir la corrupción, disminuir la desigualdad social, cambiar la estructura económica de un régimen, etc., , como es el caso de López Obrador, el tiempo constituye una barrera adicional (de allí que la prorrogación del mandato se convierte en una alternativa) a las resistencias propias de un cambio de régimen. El presidente de México tiene retos descomunales, uno consiste en consolidar al Movimiento que lo impulsó a la primera magistratura como partido fuerte, pero debido a su variada conformación surgen la urgente necesidad de evitar que en su primera elección de directiva se acentúe la división entre sus fracciones. ¿Cómo maniobrar para que Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, dos tigres formados en las canteras priistas, no se adueñen de la dirigencia de Morena con Mario Delgado en su dirigencia? Este es uno de los retos que AMLO tiene que resolver, ya veremos cómo lo va a lograr.