Dejémoslo
como hipótesis: cansados y preocupados por el difícil acontecer del gobierno
veracruzano, donde el enfrentamiento entre el gobernador y el fiscal
obstaculizaba las estrategias contra la delincuencia, desde el gobierno federal
decidieron intervenir al advertir la ineficacia del “me canso ganso que se va”,
reducida últimamente a inútiles declaraciones periodísticas. Cuando se ejercita
el poder, los márgenes de acción son muy amplios y es posible accionar al filo
de las leyes e incluso del Estado de Derecho, desde lo del juez insaculado para
meter en presidio a Rosario Robles, hasta el argumento de la no acreditación de
Winckler, son estrategias que en derecho o en chueco cumplen el objetivo,
después habrá tiempo para aderezar con otras culpas el asunto. Ya le limpiaron
el camino a Cuitláhuac, ahora a demostrar que sin “chivo expiatorio” las
estrategias contra la violencia en Veracruz funcionan.
<!-- .post-footer-on-top /-->