La
solución a la cual llegaron los integrantes de la legislatura federal para
destrabar el nudo gordiano en que se había convertido la renovación de su
presidencia para el segundo año de funciones demuestra, una vez más, que la
política es el arte de lo posible, porque resuelve diferencias aparentemente
insalvables a través de compromisos y acuerdos entre las partes. Mario Delgado,
el presidente de la Jucopo, se pone la estrellita, porque las pugnas en este
interesante diferendo obligaron incluso la intervención presidencial, a la vez
que evidenciaron las fuertes discrepancias al interior de Morena entre grupos
ávidos de repartirse el poder. También puso a prueba la resistencia del
panismo, que se mantuvo firme en la lucha por defender acuerdos previamente
suscritos y consiguió para Laura Rojas la presidencia de la nueva directiva
cameral, la acompañan como vicepresidentes
Dolores Padierna, Marco
Antonio Adame, también del PAN y Dulce
María Sauri, del PRI. Punto y seguido.
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