Las fuerzas sociales y psicológicas se combinan para hacer que compartir y creer en información errónea sea un problema endémico que no tiene una solución fácil.
Lea el artículo en el New York Times
Las fuerzas sociales y psicológicas se combinan para hacer que compartir y creer en información errónea sea un problema endémico que no tiene una solución fácil.
Lea el artículo en el New York Times