“Hay sectores de la sociedad a los que no les molestó nunca que una avenida céntrica llevara el apellido de un sanguinario conquistador, Pedro de Alvarado, nunca les pareció raro, nunca les molestó, nunca les incomodó, lo veían como algo natural; pero que una persona indígena estuviera siendo reivindicada, homenajeada precisamente aquí, eso no lo podían asimilar, eso no lo veían como algo natural…”
Estas son las palabras de alguien que, en vez de estudiar, vivió del porrismo universitario y, luego, estridente y grosero como siempre lo ha sido, corto de inteligencia e ingenio, se coló en el movimiento que actualmente gobierna a este país, desde hace 5 largos años.
“La Joven de Amajac reúne muchos símbolos de la subalternidad: es indígena, es mujer, es joven, pero, al mismo tiempo fue gobernante. La colocación de su escultura aquí, justo aquí, dentro del perímetro de lo que fue la Glorieta de Colón, es un homenaje y una reivindicación de los pueblos, de las comunidades indígenas, de los pobres, de las mujeres, es decir, de lo subalterno, de la otredad.”
¿Cómo una gobernante puede representar a los pobres o a lo subalterno?
La joven de Amajac fue una mujer poderosa, privilegiada en su tiempo, mujer que no puede ser la imagen de los pobres que estaban bajo su gobierno (o a los cada vez más pobres en este país) y tampoco puede representar a grupos de categoría inferior, a los subordinados, a los de nivel más bajo del estatus social de dicho lugar en un tiempo distinto y con un contexto que, al parecer, no entienden las autoridades interinas de la Ciudad de México.
Ella representó a un grupo de personas, a su pueblo, por lo que no puede representar a todos los pueblos indígenas que, por supuesto, pudieron tener mujeres igual o más poderosas, igual o más representativas de un indigenismo global, más allá que la joven de Amajac. Por otro lado, también representó al poder dentro de su pueblo y sojuzgó a los menos beneficiados dentro de su cosmovisión y realidad propia.
Ni a los pobres, ni a los subalternos y mucho menos a quienes, como manifestó el ineficaz e ignoto de Martí, siguen siendo considerados como “los otros” (la otredad), cuando nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece como uno de los principales derechos humanos el de la igualdad. En México todos somos iguales ante la ley, porque todos, no importa origen, color, tamaño, preferencia, creencia o cualquier otra cosa, somos seres humanos y, por tanto, personas.
El discurso rebaja a un evento populista y demagogo más, dentro de todos los eventos populistas y demagogos de los últimos 5 años.
La glorieta de Colón siempre será llamada como “la glorieta de Colón”, le pongan a la bella efigie de la joven de Amajac o el busto de don Andrés, si Morena consigue triunfar en 2023. Es parte del ADN, de la sangre que transita y se admira de la grandiosa avenida Paseo de la Reforma, así como la Palma o el Caballito.
Para quien no sabe qué es la joven de Amajac, brevemente les cuento: Apenas en enero de 2021, se descubrió la figura original en la región huasteca, denominada Hidalgo Amajac, en el estado de Veracruz, que representa a una mujer de la élite política de la cultura huasteca en la época prehispánica. Lo que se sabe es que representa a una gobernante o, quizá, una diosa llamada Tlazoltéotl, ataviada de tal forma en que se le reconoce una alta posición y linaje.
La figura original se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia, en la misma Ciudad de México donde ahora, su copia, ocupa desde este domingo un lugar privilegiado, como la gobernante que inspiró la efigie original.
Entonces, la joven de Amajac no representa ni la pobreza, ni a los subordinados, ni a todos los pueblos originarios (no a los Aztecas, no a los Mayas, no a los Huicholes, no a los Tarahumaras). Ni siquiera a los Kiliwa, Cochimi, Paipai, Cucapá, Kumiai, Ixil, Kanjobal, Quiché, Kekchi, Kikapu, Jacalteco, Mame, Tojolabal, Motozintleco, Tzeltal, Lacandón, Tsotsil, Chol, Chuj, Tepehuan, Pima, Tepehuan, Chichimeca, Amuzgo, Tlapaneco, Mixteco, Náhuatl, Otomí, Mazahua, Ocuitleco, Matlatzinca, Purépecha, Cora, Mazateco, Zapoteco, Triqui, Huave, Chatino, Chontal, Ixcateco, Chocho. Mixe, Tacuate, Cuicateco, Chinanteco, Mixteco, Popoloca, Huasteco, Pame, Guarijío, Yaqui, Seri, Mayo, Pápago y tampoco al grandioso pueblo Totonaca.
Es la imagen de una mujer empoderada en su época, con don de mando, que representa, por tanto, a las clases poderosas, a los denominados “fifís”, “aspiracionistas”, “los del poder”.
Yo me alegro de que pongan a un personaje de la Huasteca veracruzana. A una mujer con poder. Pero que no los engañen, como siempre quieren hacerlo, las actuales autoridades que nos gobiernan.
La CdMex se rinde ante una bella y valiosa joven huasteca. Con eso me quedo.
Moralidades. 24 de julio de 2023.