Para demostrar que el cuento de la democracia tiene muchos detractores, en el Partido Revolucionario Institucional ha habido militantes de cúpula que emigraron a otros partidos inconformes porque no se les concedió la candidatura deseada, Ricardo Monreal, Andrés Manuel López Obrador, Arturo Núñez, Jaime Rodríguez, Ángel Aguirre, entre otros muchos ejemplifican ese fenómeno de trapecismo partidista. En el PAN, aunque no con igual profusión también ha ocurrido, aquí en Veracruz se dio el caso de Gerardo Buganza Salmerón en 2010. Será interesante observar que camino adoptará si el senador con licencia, Luis Fernando Zalazar, aspirante panista al gobierno de Coahuila, en caso de no contar con el apoyo del presidente de ese partido a quien acusa de favorecer a otro de los aspirantes. Para comprobarlo falta poco.