- En un año de luto literario escribió el libro Examen de mi padre, de Editorial Alfaguara, integrado por 10 ensayos
Karina de la Paz Reyes Díaz
Xalapa, Ver., 04/05/2017.- El escritor Jorge Volpi estaba en Xalapa, a punto de presentar una de sus obras, cuando recibió la noticia de la muerte de su padre, en agosto de 2015. Luego del suceso siguió la tradición de éste, le guardó un año de luto, pero no portando una corbata negra, sino a través de la literatura. De ahí nació Examen de mi padre (Alfaguara), que comprende 10 ensayos de análisis y reflexión.
Dado el antecedente, Xalapa era el lugar natural para presentar esta obra, dijo el propio Jorge Volpi en el Foro “Sergio Galindo” de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU), el domingo 30 de abril. Ésta fue precisamente la última actividad literaria de la máxima fiesta de las letras en el sureste del país.
Esta ciudad fue también la primera a la que Volpi vino como escritor, cuando publicó su primera novela A pesar del oscuro silencio (1993), dijo a manera de introducción en la conversación que tuvo con el coordinador general de la FILU, Rodolfo Mendoza Rosendo, y el escritor Eloy Urroz.
“Estaba por presentar Memorial del engaño (Alfaguara, 2014) en la Feria Nacional del Libro Infantil y Juvenil aquí en Xalapa, estaba comiendo con mis amigos músicos cuando me avisaron que murió mi padre. Por eso Xalapa está muy vinculada conmigo, con la muerte de mi padre y con este libro”, relató ante el numeroso público que se dio cita para escucharlo.
Entre agosto y diciembre de ese año razonó que tenía que escribir un libro sobre su padre, a la par que leía obras que versaban sobre pérdidas de familiares –parejas, padres, hermanos e hijos–. “En ese momento me di cuenta que no quería escribir un libro que fuera puramente una memoria o relato autobiográfico de la relación con mi padre, sino de las cosas que a él le importaban, y también de la manera como vio a México durante toda su vida”.
Compartió que cuando murió la madre de su padre, éste usó corbata negra en el transcurso de un año, símbolo de luto, por ello siguió tal ejemplo, pero a través de la literatura.
“El luto por mi padre también fue de un año entero, él murió en 2015, entonces decidí que 2016 sería el del luto, pero literario. Decidí que escribiría el libro sólo durante ese año, ni más ni menos, en 10 ensayos.”
A la obra la calificó como una especie de misa de muertos, “un réquiem”, pero no sólo por su padre sino también por el México que nos ha tocado vivir.
“Es un examen de mi padre, pero también de mi patria y termina siendo un examen sobre mí”, admitió el autor de Oscuro bosque oscuro.
Por su parte, Mendoza Rosendo consideró a este libro como uno de los más sensibles de la literatura mexicana, mientras Urroz manifestó su desacuerdo con el “pudor” que percibe en el texto.
“Yo difiero con Jorge en un aspecto de su hermoso libro. Es difícil decir, con tantos buenos libros que tiene, cuál es mi favorito o el mejor, pero éste es uno de ellos; y creo que junto con El jardín devastado, mezcla de memoria, ficción y aforismos, es el primero o el segundo en el que se permite un poco más hablar en primera persona.
”Mi discrepancia tiene que ver con que Jorge dice ‘el cuerpo de México, el cuerpo de mi padre’; yo creo que un libro sobre el padre, madre o un hijo es importante para cualquier persona, pero en el caso de Jorge hay un pudor inconsciente que lo empuja a desviar el tema ‘mi padre y yo’ a alguna parte del cuerpo de México, como creyendo que al lector no le va a interesar la relación de su padre y él”, aseveró Urroz.