- “Países de primer mundo tienen alrededor de 400”: Tonatiuh Matos Chassin, presidente de la Sociedad Mexicana de Física
- Llamó a los jóvenes a sumarse al equipo de científicos mexicanos, de lo contrario “nos destruirán económicamente”
Tonatiuh Matos Chassin, presidente de la Sociedad Mexicana de Física
Claudia Peralta Vázquez
23/10/2019, Xalapa, Ver.- Tonatiuh Matos Chassin, presidente de la Sociedad Mexicana de Física (SMF), dio a conocer que México únicamente cuenta con 23 investigadores por cada 100 mil habitantes, cuando cualquier país de primer mundo tiene alrededor de 400.
Al impartir la ponencia “Relatividad general: logros, maravillas y retos”, el jueves 17 de octubre en la Casa del Lago, durante el XVI Encuentro Xalapeño de Física (EXF), organizado por la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV).
El investigador llamó a los jóvenes y universitarios a sumarse al equipo de científicos mexicanos. “Es el momento adecuado para hacer ciencia y crear científicos, de lo contrario nos destruirán económicamente”.
Matos Chassin aseveró que para llegar a ser un país de primer mundo, se tiene que multiplicar por 17 el número de científicos que hay actualmente.
Resaltó el avance científico y tecnológico que se percibe a nivel mundial, del cual México no se queda atrás, pues en los límites de los estados de Puebla y Veracruz se encuentra el más grande de los ocho telescopios ubicados en puntos estratégicos del planeta, empleados para observar y estudiar los agujeros negros (Black Holes).
“México está en el centro de los telescopios y es el más grande de todos”, expresó; es decir, todos captan la imagen al mismo tiempo, la concentran en un solo punto, en este caso en Alemania, y de esta forma se logra la fotografía del fenómeno, considerado una de las predicciones de la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein.
Durante este evento, que del 16 al 19 de octubre reunió a físicos del estado, el país y el extranjero, el investigador del Departamento de Física del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), se refirió al concepto de gravito-astronomía; dijo que el Universo ha sido observado a través de ondas electromagnéticas, microondas, infrarrojo y rayos gama, pero su fuerza real es la gravedad.
Por ello, el Universo se empezará a ver por medio de ondas gravitacionales, las cuales son fundamentales.
Sobre los agujeros negros, el Presidente de la División de Gravitación y Física Matemática (DGFM) de la Sociedad Mexicana de Física y fundador del Instituto Avanzado de Cosmología, habló sobre la existencia de uno en el centro de nuestra galaxia.
Con diversas técnicas, también se ha hallado que todas las galaxias del Universo tienen agujeros negros en su centro. “Entre más grande sea la galaxia, más grande llega a ser el agujeros negro que llega a tener hasta 20 mil millones de masas solares”.
Señaló que con el desarrollo de la tecnología, este fenómeno llega a ser visto cuando se tragan a las estrellas, así como su disco en el momento en el que choca y forma una perturbación gigantesca del espacio–tiempo.
“El choque de un agujeros negro se convierte en el evento más luminoso del Universo, se podría ver en todos lados”. A esto se le denomina ondas gravitacionales, las cuales se vieron por primera vez el 16 de julio de 2015, y pueden medirse en los Observatorios de Ondas Gravitacionales con Interferómetro Láser (LIGO, por sus siglas en inglés), ubicados en Hanford, Washington, y Livingston, Louisiana, Estados Unidos.
El interferómetro Virgo es otro laboratorio diseñado para la detección de ondas gravitacionales y se sitúa en Italia. Cuenta con brazos de cuatro kilómetros de largo y dispara un rayo láser para detectar y medir la onda gravitacional.
Tonatiuh Matos Chassin dio a conocer que los agujeros negros miden entre 30 y 50 masas solares. También se sabe que durante el choque de éstos hay una pérdida de tres masas solares, lo cual indica que tres soles se convierten completamente en energía gravitacional a través de la onda.
Por tanto, afirmó que las ondas gravitacionales sí existen, y es otra de las predicciones de Einstein, al igual que los agujeros de gusano, a través de los cuales se viajan distancias gigantescas debido a la curvatura del espacio–tiempo.