El reclamo del general Salvador Cienfuegos subraya el fracaso de los gobiernos de Calderón y de Peña Nieto en el programa de capacitación de los cuerpos policiales de nuestro país. Desde que en el gobierno de Ernesto Zedillo se sentaron las bases para otorgarle a la Seguridad Pública rango constitucional, como una función de Estado que correspondería desempeñar al unísono a los tres niveles de gobierno, poco se ha avanzado, y mucho se ha retrocedido a juzgar por la permeabilidad de la policía mexicana respecto del crimen organizado. De haber coronado con éxito la renovación de la policía mexicana no se hubiera acudido al recurso de sacar de sus cuarteles a los militares, que ahora con justa razón sugieren el regreso a sus cuarteles. Pero ahora ¿quién podría defendernos?