Si fuera necesario ejemplificar el enorme influjo del poder político sobre el hombre sin dudarlos acudiríamos al caso de Graco Ramírez, actual gobernador de Morelos. Este personaje fue uno de los más destacados en la lucha de las izquierdas mexicanas por llegar al poder, ideología y acción caminaban juntas para resolver, al menos intentarlo, los problemas de la sociedad. Fundaron el PRD y por efectos de la alternancia Graco Ramírez se convirtió en gobernador de Morelos. Pero quien ahora es titular del ejecutivo en ese estado no es el Graco luchador por las causas sociales, sino el político ambicioso: aspira a ser presidente de México, quiere dejar a uno de sus familiares en el gobierno de Morelos, desea el control del PRD nacional porque en su estado puso a su hijo como dirigente, quiere destituir al alcalde de Cuernavaca. Lo más penoso-para él- es que difícilmente alcanzará lo que se propone.