Es tan porosa la memoria colectiva que ya nadie recuerda en Veracruz aquel sonsonete de Duarte de Ochoa con la monserga del “Veracruz ya cambió” que repitió innumerables veces durante su quinto informe de gobierno e igual número de aplausos de la concurrencia, incluidos algunos gobernadores. Fue el meollo de su propaganda política, que no tuvo éxito porque las condiciones en que se encontraba la sociedad veracruzana apuntaban al enojo social y al hartazgo ciudadano, que manifestó su repudio al gobernante en el plebiscito del 5 de junio al votar por la alternancia. Duarte ya no está, anda prófugo, ahora tenemos un nuevo mandatario cuyo elevado compromiso estriba en cumplir con las expectativas que sembró en la población, que sea para bien de Veracruz.