Ha sucedido en Veracruz lo que jamás imaginamos después del nocivo Duartazgo que imaginábamos el tope de nuestros infortunios. Pero nos equivocamos rotundamente porque lo acontecido estos últimos días en la zona conurbada Veracruz- Medellín- Boca del Río supera en mucho las pesadillas catastróficas en los sueños de verano. ¿Porqué reaccionamos tan de improviso a las llamadas para el saqueo? Es una mala señal porque, o estamos en descomposición social, o la pobreza origina esos desmanes. Ninguna de las respuestas calmaría nuestro ánimo.