A Sergio Hernández le pudiera ocurrir lo de aquel que perdió la cabeza en las vías del tren, pues en un esfuerzo por devolverle operatividad política a la Legislatura, en el PAN y más arriba ya lucubran su reemplazo para en su lugar poner a Juan Manuel Unanue. Pero el problema no lo representa Sergio Hernández en sí, sino la disposición de escamotearle a MORENA la coordinación de la JUCOPO, como estaba establecido por el acuerdo original. Para el PAN está en juego el manejo irregular del presupuesto de la Cámara, pues una auditoría pondría en evidencia el “más de lo mismo”. Para MORENA este incidente significa una experiencia política de primer orden y para el PRI, que esta vez sirve de comparsa, el recuerdo de los días de vino y rosa.