Para el gobierno encabezado por Miguel Ángel Yunes Linares el tema de la inseguridad pública representa el más grande de los retos, pero para la población veracruzana significa angustia y temor, perdida absoluta de calidad de vida. No exageramos si señalamos que al gobierno del estado la inseguridad lo ha desbordado, que luce atónito frente al inusitado registro de crímenes sin resolver y homicidios al por mayor, ya no solo en zonas rurales sino en pleno centro de la capital veracruzana. Mientras tanto, la sociedad está indefensa, se organiza en calles, colonias y manzanas para sentirse segura, destina el dinero que le queda después de cubrir las necesidades básicas para esos efectos. Este es un escenario inimaginable hace apenas dos décadas, lo peor es que no se ve la luz al otro lado del túnel.