El conocido refrán “ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre” sirve para ilustrar la hipótesis sobre una administración municipal presidida por un alcalde proveniente de las aulas universitarias, lo cual propicia la idea de un aceptable grado de comprensión de la problemática que enfrenta, aunque no da certeza sobre la eficiencia y destreza para enfrentar el reto jalapeño, como es el caso de Hipólito Rodríguez. Empezaremos a tantearlo cuando integre su equipo de trabajo, que según lo ha anunciado será con gente íntegra, y esperamos capacitada para diseñar políticas públicas de beneficio colectivo y no solo para conseguir votos. Como en toda democracia, al poder no necesariamente llegan los “buenos”, y en el caso del alcalde electo Hipólito Rodríguez merece el beneficio de la duda, y deseos que le vaya bien, de otra manera será más de lo mismo, para mal de Xalapa.