En unas cuantas horas doblaremos la página del calendario y asignaremos todo cuanto ocurra a una nueva nomenclatura: 2018 será la nueva divisa, poco a poco nos acostumbraremos a ver 2017 como un asunto del pasado inmediato, una fecha más de nuestro historial individual y social. Pocos voltearán atrás, el porvenir es lo que importa. Sin embargo, es conveniente recordar que las huellas de nuestro pasado son referencias para el futuro, no hay pueblo sin pasado ni individuo sin memoria.