Sin precisar el método utilizado en la consulta pública para conocer de las preferencias del ciudadano respecto de los candidatos presidenciales, Andrés Manuel López Obrador dio a conocer que una encuesta lo sitúa en delantera prácticamente inalcanzable pues le otorga 52% contra un 23 % de su más cercano adversario. En realidad es poco seria esa actitud de AMLO, para quien las “encuestas” han servido de mecanismo para resolver candidaturas en su partido, ¿cómo olvidar ese simulacro de encuesta para favorecer en automático a Claudia Sheimbaun sobre Ricardo Monreal? Todo se debe a la estrategia de sembrar en el inconsciente colectivo la idea de una ventaja insuperable para llegado el momento, si no es favorecido, implementar de nuevo la retórica del fraude y entonces soltar el tigre alimentado previamente con engañosas encuestas.