De ninguna manera se antojaban convenientes las diferencias de criterio sobre los asaltos y descarrilamientos de trenes en la zona de Orizaba, si los origina el sabotaje o son accidentes es asunto sujeto a investigación, pero de ninguna manera debe detener el servicio de transporte ferroviario tan importante como el que presta Ferrosur, pues sin el flujo de las mercancías que transporta la economía nacional sufre enormes pérdidas. Ya se pusieron de acuerdo las partes: el gobernador Yunes Linares y los directivos de Ferrosur: la policía federal se encargará de la seguridad y de investigar cuanto ocurre, según señaló el comisionado nacional de Seguridad, Manelich Castilla Craviotto, precisando que “únicamente confiarán en los cuerpos policíacos que hayan sido certificados en los exámenes de confiabilidad, avalados por las instancias correspondientes”, no hay de otra cuando ni los cuerpos policiales se han salvado del influjo de la delincuencia, pero importa reactivar esa vía ferroviaria lo más pronto posible.