La democracia que se práctica en los Estados Unidos de América no es la más deseable en términos de teoría política pero sin duda ha servido al vecino país para resolver las diferencias políticas y establecer los acuerdos necesarios para su desarrollo económico. Su desarrollo político permite casos como el de Robert De Niro, quien durante la campaña electoral de 2016 para elegir presidente se expresó de Trump como “Notoriamente estúpido”, “totalmente loco”, “un idiota”. El domingo pasado, en el Radio City  Music Hall de Nueva York, De Niro repitió su fobia contra el presidente Trump: “Voy a decir una cosa: ¡Jódete Trump! Y como los aplausos para uno son el reproche para otro los allí presentes le brindaron, de pie, a De Niro un estruendoso aplauso.