Sin duda es diametralmente opuesto el enfoque sobre la corrupción de López Obrador respecto a la de Peña Nieto. Mientras para AMLO “la corrupción no es un fenómeno cultural sino el resultado de un régimen político en decadencia…” para Peña Nieto es de carácter cultural. De acuerdo con el de MoReNa, aunque es difícil coincidir con su perspectiva de “que este mal es la causa principal de la desigualdad social y económica y de la violencia que padecemos…”, pues es una visión reduccionista sobre los problemas nacionales cuyas causas son de orden multifactorial. Si con reducir la corrupción pudieran resolverse los demás problema ya estaríamos camino al paraíso.