Aunque López Obrador haya dicho que Rosario Robles es un chivo expiatorio, muchos de sus seguidores, incluyendo a los más irreflexivos habrán levantado cejas, pues los señalamientos sobre desvíos millonarios durante su gestión al frente de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), y de la Secretaría de Desarrollo Social provienen de la Auditoria Superior de la Federación en cuyo registros obran las pruebas. Todo es un circo, señala AMLO, “nunca cuestionaron a los responsables…”. ¿Podrá dormir tranquila Rosario Robles? Lo más seguro es que no, porque al final se tendrían que desvanecer las revelaciones de la ASF, y debe esperar a que Ricardo Monreal retroceda en su propuesta de llamarla a comparecer ante la Junta de Coordinación Política del senado, no vaya a ser que el circo aparezca en el Legislativo y no en el Ejecutivo.