Uno de los grandes proyectos diseñados para el próximo gobierno federal es el del Tren Maya cuyo designio es el de convertirse en detonante del desarrollo económico regional que involucra a 41 municipios de cinco entidades del sureste: Yucatán, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y Tabasco. Sin embargo, no todos coinciden con las bondades de este proyecto respecto del costo beneficio de la obra y sugieren realizar una consulta popular en la que participen los pobladores de la región (4 millones), pues tiene implicaciones de carácter ambiental y sociocultural insoslayables. De cualquier manera es un proyecto ambicioso con una extensión de mil 526 kilómetros cuya puesta en operación derramaría beneficios económicos en toda su ruta, siempre y cuando el proyecto haya sido producto de una muy minuciosa investigación respecto del impacto de su concreción.