En México el término “priismo” adquiere especial connotación en estos tiempos, porque al calor de las pasiones se le atribuye un ingrediente peyorativo, acusado de todo lo malo de cuanto ocurre en este país, pero disipadas las pasiones con el transcurso de los años esa concepción seguramente cambiará, pues este país no se explica sin el PRI ni el priismo. Pero por ahora la nueva correlación de fuerzas políticas provocada por el arrollador triunfo de Morena relega a los priistas a un sitial muy secundario, como se refleja en la repartición de las Comisiones legislativas, reducidas en número de 56 a 45 en la Cámara de diputados. Morena presidirá 21, mayoriteando como antes lo hacía el PRI, y en las de peso mayor. En cambio el PAN solo 10 y el PRI apenas ocho, solo para que se entretengan.