Por estos días de tiempos tempestuosos porque la madre naturaleza responde con enojo a las agresiones del hombre, Venecia, la ciudad que maravilla al turismo internacional, que recién iniciado el Renacimiento, junto a la Florencia de Maquiavelo, fuera un apetitoso bocado político del Papado, de Francia y Alemania, se encuentra inundada con más de un metro de agua en buena parte de su superficie. Venecia es la maravilla turística de Italia y corre el grave riesgo, quizá inminente, tal vez inevitable, de desaparecer debido al cambio climático por el crecimiento de los mares. El mar Adriático reclama terreno en Venecia, ojalá no la devore, porque entonces las nuevas generaciones tendrán que exhumar en la arqueología musical y cantar con Charles Aznavour la melodía que arrulló nuestros floridos y románticos tiempos: Venecia sin ti.