En aparente calma vuelve la normalidad en el sector bancario mexicano después de la gran algarabía provocada por la sorpresiva iniciativa senatorial para reducir las jugosas comisiones bancarias. Fue un enorme sobresalto, de repercusión mundialista el que obligó al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, a dar marcha atrás y asegurar “… que no se iba a hacer ninguna reforma en la primera parte del Gobierno en materia fiscal y que no iban a cambiar las reglas de operación en los bancos”.  De cualquier manera, el balance tras de esa “testereadita” a los hombres del dinero en México dejó resquemores entre el senador Ricardo Monreal y Urzúa Macías, próximo Secretario de Hacienda, a quien al parecer nadie tomó en cuenta para presentar la iniciativa de referencia. Ese aparente resbalón causó sismo en la bolsa de valores y terror entre banqueros, y solo fue para medirle el agua a los camotes.