Es la usanza de López Obrador matar al perro para que se acabe la rabia, como si esto último fuera posible. Lo del aeropuerto de Texcoco se detuvo porque, se argumentó, había mucha corrupción, y en vez de depurar los procedimientos simplemente se detuvo la obra, a pesar del elevado costo que implicaba; en el combate al huachicol se cierran los ductos, y en su lugar se compran pipas para distribuir gasolinas en todo el país, un modelo de transporte más caro y más riesgoso; ahora le toca el turno a las estancias infantiles, adelantando que Calderón favoreció con ellas a familiares y amigos, en su lugar se dará dinero a las madres para que cada cual contrate con la estancia de su preferencia, o dejen los niños con sus abuelos que se beneficiarían con el pago que se hace a  las estancias infantiles. ¡Vaya solución!