Después de una paralizante derrota como la sufrida por el PRI el pasado 1 de julio, el deber de toda dirigencia es inyectarles confianza a sus militantes, recordando que se levantaron después de dos elecciones federales fallidas y que es posible la recuperación. No lo ha hecho así la señora Claudia Ruiz Massieu y solo porque la agenda política lo obliga, en el Consejo Político de ayer, por fin sacudió la modorra y adoptó la actitud que todo político opositor debe asumir. Manifestó su posición respecto del gobierno encabezado por el presidente López Obrador, lo calificó de autoritario y centralista y de proponer “soluciones que muchas veces generan más problemas o cancelan el futuro de México o ponen en riesgo el sistema democrático y federal”. Tal es el criterio priista respecto de los primeros tres meses en que ha gobernado MORENA, pero fue solo un chispazo en un partido que para reanimarse requiere de acción, mucha acción, si no quiere correr el mismo camino del PRD