Dice la conseja popular que para morir el único requisito es estar vivo, sabia conclusión eternamente comprobada y magistralmente registrada en textos trascendentales escritos por el hombre, Homero, Heródoto, Cervantes, Shakespeare, entre otros. Es genial comparar la vida de quien vive y se va con el fin de un juego de ajedrez, al final del cual todas las piezas que en el juego desempeñaron diferentes acciones y actitudes, se juntan sin distinción en un solo saco. Pero, sin duda, hay actores que destacan, como Froylán Flores Cancela, periodista filósofo, ser pensante, reflexivo, de frías conclusiones, de genial ironía y puntilloso sarcasmo, propios de una mente lúcida, que en su caso estuvo orientada al pulcro ejercicio del periodismo. Este día Froylán Flores Cancela cruzó el umbral de su existencia física, pero su numen sobrevive incólume, impreso en décadas durante las cuales transmitió sus agudas observaciones sobre la realidad mexicana, y la veracruzana en particular. Ahora que puso un punto y aparte a su existencia, largo sería un Glosario de su estupenda trayectoria periodística y humana, innegablemente aleccionadora.