La prolongada estancia de Carlos Brito al frente de la Comisión de Procesos Internos del PRI refuta al refrán de El Quijote: “En los nidos de hogaño ya no hay pájaros de antaño”, porque es genuino vestigio de un pasado que resiste las intenciones del cambio, es clara expresión de la ya acartonada existencia del PRI. Sería garbanzo de a libra si Brito se negara a contemporizara con el irregular trasiego del proceso para elegir la nueva dirigencia, pero pedirles peras al olmo raya en la inocencia. Un detalle del manoseo del padrón que sirvió para consolidar el triunfo de Marlon Ramírez lo trasluce en que no aparezca Jorge Moreno Salinas, quien integra la débil bancada priista en el Congreso local y ha desempeñado cargos en la directiva estatal priista, si esto ocurre con un diputado, ya podemos imaginar las trampas que se urdieron para lograr el resultado de esta elección. Se ratifica aquello de “todo es a la medida de las circunstancias”