Suena sarcástico pero es cierto eso de que “Veracruz lo tiene todo…por hacer”, parodiando aquello de que la entidad veracruzana se asemeja a un país por los recursos naturales que posee. Pero la realidad contrasta duramente con el optimismo del alentador discurso porque la economía veracruzana es de las que crece a un ritmo menor al 1 por ciento (semejante a Tlaxcala y Zacatecas, muy lejos del 2.9 de la Ciudad de México y Nuevo León, del 2.4 del Estado de México y del 3.6 por ciento de Jalisco, las economías más sólidas del país. Pero, mucho más abajo del 4 por ciento de Querétaro, Baja California, Quintana Roo y Aguascalientes, las economías emergentes de México. Mal, y lo peor estriba en la ausencia de signos para un pronóstico de crecimiento económico en Veracruz