Antes de su ascensión formal a la presidencia de México y durante los dos primeros meses ya en palacio, López Obrador reiteraba que había recibido una economía quebrada, sin embargo, ya adentrándose en su gobierno y frente a los indicadores que avisan sobre la necesidad de tomar las debidas previsiones porque los signos no se muestran favorables, ahora asegura que “va muy bien la economía de México, vamos bien” :“Nuestros adversarios quieren que nos vaya mal, no voy a dejar de mencionar porque los conozco. Te conozco bacalao aunque vengas disfrazado”. Hasta Alfonso Romo califica de “cachetadita” los malos números del primer trimestre, que por cierto tampoco gustó a AMLO. Malos signos que de no atenderse están configurando el discurso que viene “la culpa es de factores externos”, aunque las consecuencias las pagamos todos los mexicanos