En su renuncia a la Dirección del IMSS, Germán Martínez corre el velo que oficialmente es considerado como tabú pero que la derechohabiencia conoce a detalle porque acude en busca de salud y da cuenta de las difíciles circunstancias que rodean a una de las instituciones de salud más señeras de México, lo pinta bien el renunciante: “Mientras se discute la remodelación del IMSS, muchos trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes aumentan, el rezago en infraestructura es brutal (en 2019 prácticamente está en 0 por ciento el avance de obras y el pago a proveedores), los contratos y convenios de servicios se rezagan, y algunos están por vencerse sin horizontes de legalidad y eficiencia, las compras de equipamiento paradas, las reclamaciones y litigios aumentan; y si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y en algunos lugares pende de un hilo (…). Pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes”. El IMSS al desnudo y puede empeorar si por “salvar” a Pemex y Dos Bocas siguen “ahorrando” aquí para cumplir proyectos erróneos