Ensoberbecido porque piensa que tiene a las autoridades mexicanas a su merced, el presidente de los EEUU, Donald Trump, ha adoptado el carácter de un perdonavidas a costa de México, todo porque desde el gobierno de nuestro país no midieron las consecuencias de una política migratoria de holgado flujo garantizando, además trabajo a quienes incursionaran por nuestro territorio con rumbo al norte. Tampoco hicieron caso a los planteamientos del yerno de Trump, en cuya pasada visita dejó el aviso de lo que ahora ocurre si no se ponía límite al indiscriminado flujo migratorio. Ahora, atrapados por la improvisación, estamos a punto de ceder más de lo imaginado a cambio de que no se impongan los aranceles el lunes próximo.