Cuando candidato a la presidencia de México, Andrés Manuel López Obrador criticó la visita que Trump hizo a Peña Nieto y declaró: “No nos gusta que vengan a imponer agendas desde el extranjero”, ganó aplausos y más adeptos, sin embargo, ya como presidente ha tenido que admitir un fuerte influjo de Trump en la agenda del gobierno que ahora preside. Todavía en octubre, AMLO certificaba: “vamos a ofrecer empleo, trabajo a migrantes centroamericanos (…) el que quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, una visa de trabajo”. Pero, ahora manda miles de agentes de la Guardia Nacional a controlar el flujo de migrantes, a despecho de haber abierto la frontera sur para dar paso como Pedro por su casa. Ahora corremos riesgo de convertirnos en “tercer país seguro”. Se cumple una vez más la terrible consigna: “una cosa es el candidato y otra el funcionario”, o con más sarcasmo, “en boca cerrada no entran moscas”.