Según el proyecto de impacto ambiental, la refinería de Dos Bocas se construirá en terreno ubicado en zona de peligro de erosión debido al intenso oleaje, está en riesgo volcánico y, además, es muy susceptible a inundación marina o por lluvias. Si impera la voluntad presidencial la obra se llevará a cabo de cualquier manera, las consecuencias se verán a mediano plazo, cuando ya ni llorar sea bueno.