Más allá de reconocimientos que en realidad ningún beneficio acarrean para Xalapa, habrá que reconocer el loable trabajo de pavimentación de calles emprendido por el ayuntamiento xalapeño; ciertamente se cambió el rostro de varias calles de la ciudad, justo es reconocerlo, pero obviamente el rostro de la ciudad aún permanece ajado, soportando una vialidad colapsada sin que haya remedio a la vista y la inseguridad como signo manifiesto de pérdida de calidad de vida. En lo que Américo no se vio bien, aunque haya sido aplaudido por el coro de siempre, fue cuando expresó que “Xalapa fue presa de un gobierno corrupto”, que asistiéndole la verdad sin embargo se hubiera escuchado muy bien hace uno o dos años, cuando Duarte aún manejaba los hilos del poder y del dinero en Veracruz, a toro pasado solo despierta aplausos automáticos pero comentarios negativos sotto voce.