Su afición al micrófono, su hiperactiva actividad para difundir su ideario, traslucen la manera en cómo el presidente López Obrador acude a la consigna de Goebbels: “la voluntad de vencer conduce indefectiblemente a la victoria”. López Obrador conoce, y bien, la psicología y la historia del pueblo de México, sabe de sus angustias y desesperanzas, que forman caldos de cultivo en donde es posible sembrar rayitos de esperanza, para ello acude a medias verdades, aunque, como dicen quienes saben “entre una verdad no probada y una mentira a veces no hay gran distancia”. Caso clásico es su insistencia de que la economía mexicana va bien, y que creceremos al 2 por ciento este año, no importa que los conocedores, “los técnicos”, aseguren un 0.9 o 0.7 por ciento (Credit Suisse), cuando mucho.