Se le pasa la mano al presidente López obrador al usar una retórica en la cual predominan las ideas acerca de lo que se va a hacer, cuando durante los más de siete meses de su gobierno quisiéramos patentar las bases firmes de sus políticas públicas: “Vamos a acabar con la corrupción”, “vamos a acabar la inseguridad”, “estamos levantando el sistema médico”, “estamos levantando el país”, “vamos a mejorar la educación”, “vamos a fortalecer la atención médica y el abasto de medicamentos”, son, entre otras, las letanías cotidianas. Pero, lo cierto es que esa figura gramatical no cumple con las esperanzas de una población que quiere un cambio y está ávida de realidades en ese sentido, de hechos, porque las promesas se las llevan el tiempo y el viento.