El bodrio legislativo de Baja California quedará inscrito como un episodio de los más recordados- ¿al amparo?- del Movimiento de Regeneración Nacional, porque es un atentado anticonstitucional cometido a la luz de la nación mexicana. Si fue producto de uno de esos cañonazo$ clásicos en nuestra versátil picaresca política no es asunto secundario, pues sería la antítesis de un gobierno que abandera el combate a la corrupción pero que apela a vicios tradicionales en su quehacer político. Si es un intento impulsado para medir hasta qué punto la sociedad mexicana está dispuesta a hacer un lado su sentimiento anti reeleccionista, por ahora frustrado, las instituciones han respondido con un No rotundo. Pero, por lo que está en juego, que es el régimen democrático, no se extrañarán segundos intentos, de los cuales el tiempo y los acontecimientos nos irán mostrando sus consecuencias.