Quien haya observado el “entusiasmo” con el que los allí presentes aplaudieron los acuerdos entre los gobiernos de México y Honduras deducirá que no entendían de qué se trataba. Porque el sur veracruzano vive, como otras regiones del sur de México, una grave situación de pobreza y escuchar que le aportamos al gobierno de Honduras 30 millones de pesos para “enfrentar su rezago social” es punto menos que incomprensible. Además, si en nuestro país la corrupción sigue al tope en Honduras y otros países de Centroamérica nos superan con creces ¿quién garantiza el destino de nuestro dinero en aquel país donde su gobierno gasta cientos de millones de dólares en la compra de armamento? Pero por si no bastara lo chusco del asunto, los allí presentes de manera “espontánea” pidieron al presidente que se reelija”, a lo que el espíritu maderista que lleva dentro López Obrador de inmediato respondió: “¡No!, sufragio efectivo no reelección”. ¡Vaya show!